Las verrugas están causadas por el virus del papiloma humano (VPH). Existen diversos tipos de verrugas: verrugas vulgares (frecuentes en las manos y pies, donde se denominan también papilomas), verrugas planas (afectan frecuentemente cara, escote y dorso de manos) y verrugas genitales (también denominados condilomas).
El tratamiento de las verrugas se puede realizar con agentes tópicos con acción queratolítica, crioterapia, electrocoagulación, terapia fotodinámica o láser.
El término verruga solo es adecuado utilizarlo para las lesiones causadas por el virus del papiloma humano, Sin embargo, fuera del ámbito de la dermatología, se tiende a usar el término “verruga” para denominar numerosas entidades consistentes en la presencia de una lesión sobreelevada, incluyendo: fibromas blandos o acrocordones, queratosis seborreicas, nevus melanocíticos, puntos rubí, etc. Esta confusión provoca que se traten como verrugas, lesiones que en realidad no lo son. El uso de productos de venta en farmacia para el tratamiento de verrugas sobre lesiones que en realidad no lo son, no solo no eliminará la lesión sino que además podrá ocasionar la aparición de secuelas como quemaduras, cicatrices o alteraciones de la pigmentación. Por este motivo es muy importante consultar previamente con un dermatólogo que confirme el diagnóstico e informe de las opciones terapéuticas.